Amigos

Gracias a la imgaen del valecita Aníbal pude hacer la portada, ¿Quién es el valecita Aníbal?

INCOMPRENCIÓN 12 (Amigos)

Fragmento de una posible novela

Recuerdo un recuerdo:
La casa de Tanya, mi compañera de colegio.
Fuimos a su casa Mayra, Elkin, Gisel?(creo que se llamaba así, la falquita, la shorcito corto, que un día en mi casa, cuando ya se había ido todo el grupo, me dijo, "ey, préstame el baño". Le indiqué, tipo película, "al fondo a la derecha". Como soy cule de arrecho disimulado, voy a mi cuarto, que queda al lado del baño, me hago el que estoy leyendo, y espero que salga del baño. Me siento en una escena de American Pie. Cuando sale, y yo con la verga ya levantada, no me podía parar, me daba pena que me viera así, tan aquemaropas. Entonces me quedé sentado, cuando sale del baño, se acerca a la puerta y me dice, "chao" y se va corriedo), y yo Jose (sin tilde en la e) (a pesar de que en Bogotá me mamaban gallo, aunque allá dirían... me mangoneaba Daniel en recreo con "La tiene Joseeé con tilde el la eee". Y que no tenga é es una diferencia grande: el parcerito Daniel, el inmenso parcerito Daniel, ya no es mi parcerito, no porque ya no quiera, sino porqué ya sus vientos no son mis vientos. Y también, dado que estoy en otros vientos, y esos vientos se llevaron la tilde uniformada y simétrica que tenía, ahora soy un cachaco-costeño, o mucho mejor, como me lo dijo Jose, el bibliotecario de la universidad (historia aparte), cachaco-de-Malambo). Estabamos los cuatro en clases de Tanya, en San José, un barrio en construcción, o en imbación, que es lo mismo. Aún sin la gran innovación de todos los tiempos: el pavimento. Arena, montañas de arena, clara, grises, oscuras, alrededor de algo de pasto, árboles, muchos árboles y casas, muchas casas, construidas con blokes de cemento, muchos blokes de cemento y techos de zick. La casa de Tanya tenía solamente entechado el cuarto y parte de la cocina. El resto era arena limpia, delimitada por dos cuadrados de concreto. Se sentía como andar en un mini-planeta. Estaba, por unas cuentas horas, habitando un espacio extraño para mi, totalmente ajeno, pero lleno de paz. Había una mesa plástica con sillas en el primer cuadrado de cemento. Nos sentamos ahí para trabajar en una exposición de física. Incluso, todavía sé de que era, efecto doper y tal. Y tanto trabajar pa´ que ese día no viniera el profesor, pero eso es otro cuento. 
Yo era el único con medias y zapatos. Y eso me comenzaba a molestar. El calor siempre vendrá del suelo. Los demás andaban en chanclas, descalzos, con esa igualdad frente a la tierra que no los hacia seres humanos subidos en un pedestal, sino simplemente humanos, cosas entre otras cosas más. Yo era un ser humano y eso me comenzaba a molestar. Me levanté de la mesa porque ya empezaba a sudar por todos lados. Dí una diminuta vuelta por ese planetea-Tanya, y cada vez me sorprendía más: encontré un nuevo cuadrado de concreto al fonfo, en la esquina. Había un árbol amarrado con dos gallinas que comían piedras o maiz, desde aquí es la misma cosa. 
Tanya vivía solamente con su mamá. Jamás conocí a la mamá de Tanya. A Tanya no la he vuelto a ver hace rato. Creo que esa soledad femenina es lo que producía una calma particular que jamás habia sentido. Creo que por eso es que llaman a los costeños perezosos o relajados, pero obviamente se equivocan, como todos, desde luego: aquí no se mide el tiempo, aunque toque medirlo, aquí se vive con el mismo ritmo del viento y de la tierra, del sol y las nubes; así, como un aforismo de Bacon que jamás olvido que dice: "a la naturaleza se le gana obedeciendola", ¿Porqué ser relajado iba a ser algo malo? ¿Quiénes nos quieren acelerar? ¿Será que esa velocidad nos tiene en un rirmo estrecho, haciendo lo que no es nuestro, supuestamente para vivir mejor?
La puerta de la casa de Tanya también era de zick (con un palo pegado elegantemente abajo, tocando la arena). En los ojos de Tanýa había una calma que no renocnocía a ningún extraño en su interior, todos eramos bienvenidos. Llegó una moto-taxi a recoger a ¿gisel?, quizás era el novio, igual, qué más da, no estaba tan buena, de todas formas. Me despedí de Mayra, Elkin y Tanya. Ellos se quedarían un rato más. Yo saldía a caminar y si me quedaba tiempo (creo que en eso no cambio, soy un cachaco que siempre tiene la esperanza de que quede tiempo), llegaría a la biblioteca. No recuerdo que zapatos tenía, pero muy seguramente habrán sido unos comprados por papá. O quizás uno de esos que de vez en cuando traía tío Edgardo de la USA. Obviamente, como ya mencioné, con medias, porque ese habito también es algo muy arraigado, pero es algo básico, mera supervivvencia: en un lugar donde el frío entra por la tierra, es necesario las medias, no solamente para salir, sino para dormir, ir al baño, para frío seco, frio humedo, con lluvia o con calor, si, con calor, porque hasta con calor encontrarás, tu, amiga, amigo, no-cachaco, alguien con medias. Y jamás de los jamaces, descalzo. Eso se penaliza, es un atentado contra la salud publica. 
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